La colección de retratos se llama Super Flemish, ve la luz inspirada en la colección de fotografías (sin desperdicio) que Sacha dedicó a su abuela Frederika convirtiéndola en superabuela. Y aunque le ha llevado dos años de trabajo, el reconocimiento a su buen hacer obtenido en redes sociales y blogs ha servido de recompensa a toda la labor de maquillaje, peluquería, vestuario y ambientación que hay detrás de cada fotografía.
¡Ah! y tras la sesión de fotos, hubo fiesta, como demuestran estás imágenes:
El resto de sus proyectos fotográficos no tienen desperdicio, te recomiendo que visites su Behance, su web su facebook, o que lo sigas en twitter.
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